Estudiantes Aceptados(as): Descifrando el Agrado en la adolescencia 

BRAVE UP!

agosto 7, 2023

La adolescencia es uno de los períodos más vulnerables en la vida de las personas y se caracteriza por una serie de transiciones a nivel mental, físico y social. Durante esta etapa, las relaciones con los(as) compañeros(as) en la escuela cobran una creciente importancia [1] en el desarrollo social. Bajo esta premisa, el estudio del estatus social a través de sociogramas cobra especial relevancia, ya que proporciona información valiosa sobre las interacciones sociales entre pares, las cuales impactan en el bienestar de los(as) estudiantes. Indagar en esta esfera para fortalecer su comprensión permite implementar estrategias para promover un ambiente escolar más inclusivo y fomentar un desarrollo saludable en esta etapa crucial de la vida.
Para contribuir a este desafío, a continuación, se presentan los principales elementos diferenciadores de la categoría de estatus social: estudiante aceptado(a).

¿Quiénes son los(as) estudiantes aceptados(as)?

Un(a) estudiante aceptado(a) es aquel que se identifica como altamente preferido(a) por sus compañeros(as), presentando un alto nivel de preferencia social, dimensión que refiere a la aceptación y simpatía que percibe cada estudiante desde sus pares en el grupo escolar [1]. Los(as) estudiantes que se clasifican en esta categoría se han identificado con un alto prestigio en su grupo, son descritos(as) generalmente como prosociales, líderes, con bajo nivel de comportamientos agresivos y de victimización, según revelan diversos estudios que han indagado en los perfiles al interior de este estatus [1,2].

Tal como se comentó anteriormente, los(as) estudiantes aceptados(as) tienden a mostrar prosocialidad (por ejemplo, cooperación, sociabilidad y amabilidad), tienen amistades de alta calidad con sus compañeros en la escuela y tienden a tener un buen rendimiento académico [4]. Se ha estudiado que la presencia de estudiantes con conductas prosociales y el desarrollo de estas conductas incide positivamente en el mantenimiento de la convivencia escolar sana y brinda la oportunidad de manejar la diversidad de forma justa y equitativa, promoviendo la armonía en diversos contextos escolares [6].

Adicionalmente, se considera que los jóvenes que tienen aceptación por parte de sus pares tienen una gran habilidad interpersonal; sus amigos tienden a valorar sus interacciones con ellos de forma más favorable que los amigos de los compañeros que tienen mala acogida [7]. El desarrollo de habilidades interpersonales y la presencia de este estudiante con estas habilidades son fundamentales en el logro de una óptima convivencia escolar; porque permite a los estudiantes adquirir o aprender conductas y hábitos de comportamiento para saber convivir de forma armoniosa con los demás, partiendo del trato personal con cada uno de sus integrantes o miembros del grupo. [8]

Se ha detectado que los(as) estudiantes aceptados(as) cuentan con una alta capacidad para detectar tendencias sociales, es decir, son hábiles para captar las señales sociales y expectativas de los compañeros y, de esta forma, tener éxito socialmente usando dicha información. Dado lo anterior, en algunas etapas de la vida, por ejemplo, en la adolescencia, este grupo puede sentir la necesidad de actuar de forma inapropiada para obtener la aprobación de sus compañeros. Esto puede conducir a participar en acciones que no promueven interacciones positivas o relaciones significativas en la escuela [1]. Esta presión por mantener el estatus social puede llevar a una vida social menos satisfactoria. Este comportamiento fue descrito recientemente [10], mostrando que los estudiantes con niveles de aceptación muy alto obtuvieron menor satisfacción social, menor calidad de amistades y una menor autopercepción en contextos sociales en comparación no solo con aquellos que se encuentran en el promedio de las aceptaciones, sino también con sus compañeros que no recibieron ninguna nominación a este estatus. En este sentido es importante comunicar a los(as) estudiantes los efectos negativos del deseo desproporcionado de aceptación de los pares.

Es importante destacar que desde la esfera de la sociometría, se ha prestado especial atención en diferenciar a los estudiantes ‘aceptados’ de los estudiantes ‘populares’ [1,3]. Los estudiantes aceptados se asocian a popularidad sociométrica y los estudiantes populares se vinculan a popularidad percibida, existen importante diferencias entre ambos grupos. Esta nota se focaliza en el primero de estos grupos.

¿Cómo determinar si un(a) estudiante se encuentra en esta categoría?

Para que un(a) estudiante presente un perfil de aceptado(a), desde la sociometría [1], se afirma que debe presentar una cantidad mayor al promedio del grupo en nominaciones positivas y menor al promedio grupal en nominaciones negativas: muchos(as) lo(a) identifican como uno(a) de los(as) estudiantes que más le agradan y muy pocos(as) como uno(a) de aquellos(as) que menos le agradan.

Para evidenciar cómo se compone este grupo, te presentamos un ejemplo: En el grupo escolar de Emilia, hay 38 estudiantes -incluyéndola a ella-. Se le solicitó a cada integrante del grupo que seleccionara a aquellos pares que más le agradan -nominaciones positivas- y a aquellos que menos le agradan -nominaciones negativas-. En los resultados, se evidencia que Luisa obtuvo 6 nominaciones positivas y 1 negativa, tal como se muestra en la Figura 1. Para saber si la preferencia social es alta respecto a su grupo escolar, primero, calculamos su promedio – el cual es 2- y su desviación estándar -la cual es 1,5-. Luego, se calcula el promedio de nominaciones positivas -lo cual resulta en 4- y negativas -lo cual resulta en 3- dentro del grupo. Las desviaciones estándar fueron de una nominación para ambos indicadores. A partir de estos valores, se debe replicar el siguiente procedimiento para determinar si Emilia es o no una estudiante aceptada:

  • Calcular la Preferencia Social (agrado): 6 – 1 = 5
  • Estandarizar la Preferencia Social:
    – Preferencia Social Estandarizada: (5 – 3 ) / 1,5 = 1,3
  • Estandarizar la cantidad de Nominaciones Positivas:
    – Puntaje estandarizado de Nominaciones Positivas: 6 – 4 / 1 = 2
  • Estandarizar la cantidad de Nominaciones Negativas:
    – Puntaje estandarizado de Nominaciones Negativas: 1 – 3 / 1 = -2

 

  • Chequear si cumple con los criterios de pertenencia al grupo [5]:
  • a) Preferencia Social Estandarizada mayor a 1: se cumple. Este criterio corrobora que la estudiante se encuentra significativamente por encima del promedio del grupo en cuanto a Preferencia Social.
  • b) Puntaje estandarizado de Nominaciones Positivas mayor a 0: se cumple. Este criterio corrobora que la estudiante se encuentra por encima del promedio del grupo en cuanto a cantidad de Nominaciones Positivas.
  • c) Puntaje estandarizado de Nominaciones Negativas menor a 0: se cumple. Este criterio corrobora que la estudiante se encuentra por debajo del promedio del grupo en cuanto a cantidad de Nominaciones Negativas.

En este ejemplo, se observa que, a pesar de que Emilia tiene 6 nominaciones positivas y 1 negativa, su estatus no es controversial. Esto debido a que la cantidad de nominaciones negativas que recibe se encuentra por debajo del promedio del curso.

Realidad BRAVE UP!

De la muestra de estudiantes de la comunidad BRAVE UP! del 2022 (~9 mil) se identificó que el 13,2% de los estudiantes corresponden a la tipología aceptados, esto corresponde a 1.167 estudiantes. De los cuales el 50,4% corresponde a género masculino, un 46,5% a género femenino, y estudiantes identificados con género no binario representan el 3,1% de la muestra. La concentración más baja se encuentra en 5to básico, con un 11,6%, mientras que la mayor concentración se registra en 7° básico, alcanzando un 14%.

Si evaluamos el bienestar de los(as) estudiantes, fuera del colegio, obtenemos que el 8,32% declaró sentirse mal o muy mal. Al analizar este misto ítem en los(as) estudiantes aceptados(as), este valor disminuye a un 6,55%, obteniendo el menor porcentaje de estudiantes en comparación al resto de tipologías. Por otro lado, al consultar por cómo se han sentido dentro del colegio en los últimos tres meses, el 8,9% de nuestra muestra declaró sentirse mal o muy mal, si nos centramos en los(as) estudiantes aceptados(as), esta cifra baja al 7,23%.

Al analizar víctimas de agresión dentro de los(as) estudiantes aceptados(as), el 14,7% de los encuestados es identificado como agredido por sus pares, significativamente por debajo del promedio (~18%). Las principales formas de agresión que reportan corresponden a: discriminación (24,1%), agresión con golpes o empujones (15,5%), inventando rumores sobre él/ella (15,5%). Al consultar por los motivos de dicha agresión, los estudiantes consideran que se debe a su personalidad (alcanzando el 30,8% de las selecciones), también se identifica sus gustos (11,5%) y características físicas (7,7%) como motivantes de agresiones. Por otro lado, también existen formas de agresión online para este grupo, siendo identificadas como las más denunciadas: amenazas o intimidaciones (28,6%); Memes, stickers o videos burlándose de él o ella (28,6%) y discriminándole (19%). En este aspecto, los afectados desconocen los motivos de sus agresiones (28,6%), mientras que otros reconocen que sus características físicas (14,3%), orientación sexual o identidad de género (14,3%) y su personalidad (14,3%) son los principales motivos que impulsan estas conductas.

Resumen

Entender el fenómeno de la aceptación entre los estudiantes es de vital importancia para promover ambientes escolares saludables y equitativos. Al conocer los rasgos y comportamientos comunes de los(as) estudiantes aceptados(as), los equipos de convivencia escolar, el profesorado y las familias pueden fomentar habilidades sociales positivas y constructivas dentro de la comunidad escolar.

Este grupo representa un segmento significativo de la población estudiantil que goza de una alta preferencia social y es bien querido por sus compañeros. Estos estudiantes muestran rasgos prosociales, habilidades interpersonales y un buen rendimiento académico. Sin embargo, existe una presión social asociada con mantener este estatus, lo que puede llevar a comportamientos inapropiados en busca de la aprobación de los demás.

El objetivo debe ser promover el bienestar y la satisfacción social de todos los estudiantes, independientemente de su estatus social, para que puedan desarrollarse de manera saludable durante esta importante etapa de sus vidas. Con un enfoque en el respeto, la empatía y la promoción de la convivencia positiva, se pueden crear entornos escolares más saludables y favorecedores para el crecimiento y el bienestar de los adolescentes.

Referencias Bibliográficas

[1] Ferguson, S. M., & Ryan, A. M. (2019). It’s lonely at the top: Adolescent students’ peer-perceived popularity and self-perceived social contentment. Journal of Youth and Adolescence, 48, 341-358.

[2] Coie, J. D., Dodge, K. A., & Coppotelli, H. (1982). Dimensions and types of social status: A cross-age perspective. Developmental psychology, 18(4), 557.

[3] Marinucci, M., Pancani, L. & Riva, P. (2023). Exploring the peer status prototypes: A large-scale latent profile analysis on high-school students from four European countries. Scandinavian Journal of Psychology,64,40–52.

[4] Cillessen, A.H.N. & Marks, P.E.L. (2011). Conceptualizing and measuring popularity. In A.H.N. Cillessen, D. Schwartz & L. Mayeux (Eds.), Popularity in the peer system(pp. 25–26). New York: The Guilford Press.

[5] De Bruyn, E. H., & Cillessen, A. H. (2006). Popularity in early adolescence: Prosocial and antisocial subtypes. Journal of Adolescent Research, 21(6), 607-627.

[6] (Murillo, N. Y. (2020). Comportamientos prosociales para mejorar la convivencia escolar en las instituciones educativas de Colombia. Horizontes Revista de Investigación en Ciencias de la Educación, 4(15), 297-308.)

[7] Allen, J. P., Porter, M. R., McFarland, F. C., Marsh, P., & McElhaney, K. B. (2005). The two faces of adolescents’ success with peers: Adolescent popularity, social adaptation, and deviant behavior. Child Development, 76(3), 747–760

[8] Jara, A. A. (2022). Habilidades interpersonales para optimizar la convivencia escolar en estudiantes de educación inicial del distrito de San Marcos-Huari.

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