Prevención de ciberbullying y factores asociados a este tipo de acoso

Juan Pablo Perret

julio 14, 2022

Bullying y ciberacoso son dos dinámicas grupales que se perpetúan en el tiempo. Ante esto, es importante concientizar a la parte pasiva que su aprobación o desaprobación puede servir para mantener o detener casos de acoso escolar, en cualquiera de sus formas.

No involucrarse puede ser interpretado como estar a favor, o en caso contrario, apoyar a la víctima puede tener un impacto grande, impulsando a detener las agresiones. Pero, para esto es fundamental modificar la forma en que el agresor y la víctima se relacionan con sus pares.

Tanto víctimas como agresores de ciberbullying suelen desarrollar consecuencias como estrés, depresión, ansiedad, baja autoestima y rendimiento académico, pensamientos suicidas y dificultades para socializar.

¿Qué pueden hacer los adultos para prevenir el ciberbullying?

  • Conversar sobre cómo son las relaciones a través de Internet, cómo se sienten ellos y aconsejar sobre cómo pueden ayudar a crear un clima más positivo en las redes. 
  • Premiar lo bueno, la empatía y la solidaridad. Tan importante como reforzar y felicitar los logros académicos o deportivos, es hacerlo por su modo de ser con otros. 
  • Enseñar cómo apoyar a quien está siendo agredido. Buscar ideas sobre cómo demostrar apoyo, de manera inmediata en la red o incluso después. Un llamado o un mensaje de apoyo siempre ayuda al que está sufriendo. 
  • Promover el apoyo grupal. Enseñar a intervenir en agresiones de forma grupal, o al menos ponerse de acuerdo con otros para no reírse ni apoyar a quien está siendo agresivo. 
  • No esperar a que la situación se transforme en ciberbullying. Aunque las situaciones no sean sostenidas en el tiempo o intencionales, pueden causar un daño severo.
  • Siempre motivar a que las situaciones se hablen con un adulto de confianza, aunque en el pasado hayan tenido respuestas negativas. 

Factores asociados al ciberbullying

  • Mayor frecuencia de uso de tecnologías: significa también mayores probabilidades de involucrarse o ser testigos de eventos de ciberbullying. Así también, estar siempre pendiente puede prolongar una situación. 
  • Conductas de riesgo en redes sociales e internet: entre ellas, publicar material e información privada o vulnerable, aceptar e interactuar con desconocidos, realizar publicaciones que puedan malinterpretarse, podrían llevar a peleas y agresiones online. También el uso de plataformas que promueven el anonimato y la creación de material desaparece estarían asociados a este riesgo. 
  • Desconexión moral y empática: una menor capacidad de ponerse en el lugar del otro, de legitimar acciones con excusas y de no prever las consecuencias de los actos que ocurren online, estarían asociados a mayores posibilidades de involucrarse en agresiones a otros. O al menos, a no detener una situación que puede reiterarse en el tiempo. 
  • Bullying cara a cara: generalmente los agresores que dañan cara a cara continuarán las acciones a través de redes sociales, y de este mismo modo las víctimas cara a cara serían víctimas online. 
  • Rechazo de los pares: no tener una red de contención de los amigos cercanos, o directamente ser rechazado, también aumentaría la posibilidad de involucrarse en acciones de bullying como agresor o víctima. Esto es fundamental porque el impacto que tendría el bullying en una víctima disminuiría cuando recibe apoyo y consuelo, a pesar de vivir una agresión. 
  • El grupo cercano: generalmente si el grupo de amigos más cercano valora positivamente el bullying, habrá mayor presión social mientras que, si lo rechaza, probablemente se detendrá.
  • Menores niveles de bienestar: baja autoestima, ansiedad y soledad también estaría relacionado con involucrarse, como agresor y como víctima.

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