Hay muchas definiciones que hablan acerca del pensamiento crítico, pero la que más se adapta a la actualidad es la de Francis Bacon, quien lo denominó como “la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, en especial, de aquellas informaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana, como las fake news, relevantes en la actualidad por su inmediatez y viralización”.
Por esto, fomentar el pensamiento crítico en los estudiantes desde sus primeros años resulta fundamental, ya que la capacidad para reflexionar y razonar de manera eficiente permitirá resolver problemas con éxito.
Además, la gran cantidad de información proveniente de las redes sociales no siempre busca, precisamente, informar. Por esto, generar las herramientas para analizar los contenidos a los cuales buscamos acceder resulta fundamental.
Además, tener una autonomía intelectual y desarrollarla desde los primeros años de enseñanza es importante, ya que si bien no existe una forma exacta, hay distintas formas que logran ayudar en el proceso.
Entre las actividades que existen para fomentar esta característica, están los problemas matemáticos, analizar noticias de un diario, fomentar la lectura y realizar acertijos, adivinanzas y retos que permitan pensar.
Fomentar y permitir la autonomía de pensamiento, diferenciar lo primario de lo secundario, incitar a preguntar, debatir y contrastar historias también son mecanismos que permiten desarrollar el pensamiento crítico desde niños.
Sin dudas, esta práctica será una de las habilidades que más necesitarán los jóvenes a futuro, adaptándose a los grandes niveles de información y poder analizar, comparar y contrastar con otras.
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